Teresa de la Parra |
Hija de padres venezolanos
residenciados en ese momento en París, llegando a Venezuela a muy temprana
edad. Parte de su infancia transcurre en “El Tazón”, hacienda familiar, cercana
a Caracas, y en la apacibilidad del hogar caraqueño. Teniendo ocho años de edad
muere su padre, y su madre resuelve regresar a Europa con la finalidad de
educar a sus hijos, que en total eran seis.
Teresa de la Parra ingresa en el
Colegio de la Damas del Sagrado Corazón, en España, y se consagra a la lectura
de escritores famosos, quienes van a ejercer gran influencia en su formación
literaria. Al cabo de diez años vuelve a Venezuela y comienza a revelarse como
escritora, en artículos publicados por ella en diferentes diarios capitalinos.
Utiliza el seudónimo “Fru-Fru” y escribe cuentos. Para 1921, a los 32 años, ya
su nombre suena en todos los oídos de la comunidad literaria venezolana, cuando
con motivo de la visita del príncipe de Borbón a Venezuela, se le asigne la
tarea de escribir un discurso en respuesta al que ofrece doña Paz de Borbón en
homenaje a las mujeres venezolanas. En esta ocasión recibe grandes elogios por
la profundidad de su pensamiento y por su encanto prosístico.
Ya utilizando el nombre de Teresa de la
Parra, en 1924 se hace merecedora del primer premio en un concurso de
escritores por su novela “Ifigenia”, que es publicada ese mismo año
por el Instituto Hispanoamericano de Cultura Francesa en París. Se ha llegado a
decir que “Ifigenia” es la propia Teresa de la Parra, expresivamente feminista,
con muchos años de adelanto a la época que le tocó vivir.
Otras de sus
novelas perdurables es “Memoria de Mamá Blanca”, publicada en 1929,
en la que se recrea el ambiente de su niñez, mostrando personajes y costumbres
en el ambiente de una hacienda de caña de azúcar.
Su obra
tiene una importancia histórica ya que permite apreciar los defectos de una
sociedad decadente y llena de prejuicios, tal como era la Venezuela gomecista,
en la que se experimentaban las luchas entre las tradiciones y los viejos
prejuicios con la vida moderna y sus costumbres nuevas. Ha sido
considerada como una de las más importantes escritoras hispanoamericanas.
Teresa de la
Parra murió el 23 de abril de 1936, en Madrid, España, a los 46 años de edad.
Sus restos fueron trasladados a Caracas en 1949, y al cumplirse el
centenario de su nacimiento, sus restos son llevados al Panteón Nacional, el 7
de noviembre de 1989.
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