sábado, 3 de febrero de 2024

03 de febrero: Nace Antonio José de Sucre

Antonio José de Sucre
Un día como hoy del año 1795, nació en Cumaná, Estado Sucre, Antonio José de Sucre, político, estadista, militar e ilustre prócer de la independencia de Venezuela.

Proveniente de una familia aristócrata de tradición militar. Es considerado como uno de los militares más completos entre los próceres de la independencia sudamericana, que llego a ser presidente de Bolivia, Gobernador de Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia y Comandante del Ejército del Sur.

Su madre falleció apenas había cumplido siete años de edad. Sus primeros estudios los hizo en la escuela fundada por su tía, María de Alcalá, y con maestros a domicilio. Sus estudios universitarios los realizó en Caracas, en la Escuela de Ingenieros del coronel español Tomás Mires. Allí estudió matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería, durante cinco años. Entró al ejército patriota como Teniente de Ingenieros, aprovechando su formación en la Escuela de Ingenieros. El teniente Sucre participó en las tropas del general Francisco Miranda, pero ante la capitulación, emigró a Trinidad y regresó en 1813. Con el general Santiago Mariño hizo las campañas militares de 1813 y 1814 y continuó en la guerra de Independencia contra el ejército realista de Pablo Morillo. En 1817 el Libertador Simón Bolívar le confirió el grado de Coronel, y en 1819 recibió el grado militar de General de Brigada. 

En 1820 redactó el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, considerado por Bolívar como "el más bello documento de la piedad aplicada a la guerra", y que fue firmado en Santa Ana de Trujillo, entre Simón Bolívar y el general español Pablo Morillo. En 1821, el general Antonio José de Sucre fue nombrado jefe del Ejército del Sur de Colombia. Sucre buscaba la liberación de Quito, para continuar con la de Perú y Alto Perú. El general Sucre dirigió y triunfó en la batalla de Pichincha, al occidente de Quito, el 24 de mayo de 1822. Con la derrota de los realistas, Sucre y el Ejército Libertador del Sur entraron triunfalmente a la ciudad de Quito. Con este triunfo se aseguró la independencia de Ecuador. El 6 de agosto de 1824, el Libertador triunfó en la batalla de Junín, lo que sería su último triunfo militar en la guerra. Las tropas realistas se retiraron con el mayor desorden. Bolívar entregó el mando militar al general Antonio José de Sucre, a quien le correspondió dirigir la última batalla de la Independencia de América: la Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. En Ayacucho se enfrentaron casi 7.000 soldados patriotas, bajo el comando del general Sucre, contra 10.000 soldados realistas, de los cuales siete mil eran indios y mestizos partidarios del rey de España. 

Firma de la Capitulación en Ayacucho
En pleno campo de acción de Ayacucho se firmó la capitulación entre el derrotado general José de Canterac (el virrey José de La Serna no pudo hacerse presente por hallarse herido y prisionero), y el general Antonio José de Sucre. En la capitulación de Ayacucho, cuya victoria selló la independencia definitiva de América, se reconoció la independencia del Perú y la desocupación de todos los territorios que se hallaban en posesión de los realistas. Sobre el triunfo de Sucre en Ayacucho, el Libertador Simón Bolívar expresó: «El general Sucre es el padre de Ayacucho, el redentor de los hijos del Sol. Es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Cápac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por la espada».

En 1825 se proclamó en el Alto Perú la República de Bolivia, y el mariscal Sucre fue designado como su primer presidente. La capital de Bolivia recibió el nombre de Sucre, en su honor. Como presidente, Sucre convocó a una Asamblea Constituyente que se reunió en mayo de 1825, en la cual se manifestaron tres tendencias: una en favor de la anexión al Río de la Plata, otra por la anexión al Perú, y la tercera defendió la independencia absoluta. La mayoría acordó la independencia total y solicitó al Libertador Bolívar la redacción de un proyecto de Constitución. Así se creó la República de Bolívar, que luego fue llamada Bolivia. El Libertador redactó la Constitución Boliviana, que propugnó por un régimen mixto entre democracia y monarquía, con un presidente vitalicio y con cuatro poderes y tres cámaras. El mariscal Sucre ejerció la Presidencia de Bolivia hasta 1828.

Luego, con el fin de participar en el Congreso llamado "Admirable", en representación de su Provincia de Cumaná, el mariscal Sucre partió para Bogotá en los primeros días del año 1830. En el Congreso fue elegido Presidente, con la simpatía de todos, pues siempre fue respetado por su ecuanimidad, su hábil diplomacia y sus estrategias de grandes dimensiones. En mayo de 1830, cuando terminó el Congreso Admirable, el mariscal Sucre preparó aceleradamente su viaje hacia Quito para reunirse con su esposa doña Mariana Carcelán, marquesa de Solanda, y con su primogénita Teresa. Sucre viajó en una caravana que salió de Bogotá, integrada por el diputado Andrés García Téllez, hacendado de Cuenca, el sargento de caballería Lorenzo Caicedo, asistente de Sucre, el negro Francisco, sirviente de García, y dos arrieros con bestias de carga. 

Muerte de Sucre
Después de pasar por Popayán, el grupo de viajeros salió de La Venta (hoy La Unión), el 4 de junio de 1830. Ese nefasto día, al pasar por las montañas de Berruecos, cerca a Pasto, fue asesinado vilmente elmariscal Antonio José de Sucre. Tenía 35 años de edad. Su cadáver estuvo 24 horas insepulto, hasta que un grupo de campesinos lo llevaron al punto de La Capilla. En el proceso del crimen de Berruecos fueron inculpadas las siguientes personas: el coronel Apolinar Morillo, Andrés Rodríguez y José Cruz, soldados peruanos licenciados del ejército, y el tolimense José Gregorio Rodríguez. Los tres últimos trabajaban como peones de José Erazo, un mestizo de la provincia de Pasto, y uno de los cómplices del crimen. 

El Libertador tuvo conocimiento de este crimen el 1 de julio de 1830, con gran tristeza porque siempre consideró a Sucre como su más grande y leal amigo. A los 10 años del asesinato de Sucre, José Erazo cayó prisionero en Pasto, y en los interrogatorios confesó el crimen. En el proceso se dictó sentencia de muerte para el coronel Apolinar Morillo, además se acusó al general José María Obando como autor principal del asesinato; el coronel Morillo, antes de subir al patíbulo, acusó también a Obando. Sin embargo, el crimen sigue sin esclarecerse, por el sinnúmero de factores condicionantes que hay a su alrededor: causas políticas, caudillistas, regionalistas e inclusive familiares. La esposa de Sucre, la marquesa de Solanda, volvió a casarse, cumplido el primer año de duelo, con el general Isidoro Barriga, quien había sido su subalterno. En el año 1900, los restos del mariscal Sucre fueron trasladados a la iglesia catedral de Quito, donde reposan en una urna de roca del Pichincha.

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